Homenaje a los periodistas caídos

Reporteros sin Fronteras homenajea en una campaña a los periodistas muertos en acto de servicio. El titular lo leí hace apenas un par de horas en elperiodistdigital.com y me ha alegrado, por así decirlo, el madrugón. Se trata de una campaña q realizará la ONG internacional consistente en reproducir las últimas imágenes q los periodistas en cuestión vieron antes de fallecer. Como no, el reportaje viene ilustrado con las imágenes de Pepe Couso (Bagdag, 8 de abril de 2003) y Julio Anguita Parrado (Bagdag, 7 de abril de 2003). Estos dos murieron hace ahora cincos años. Fue mi último año en la facultad y lo cierto es q sus muertes, por muy mal q pueda sonar, fueron unos de los momentos en los q empecé a amar de veras esta profesión, aunque lo q yo haga no se parezca precisamente a lo suyo.
Recuerdo haberme leído todo lo q durante semanas salió del hijo de Anguita. Es más parte del dossier lo tengo guardado en un portafolios por algún sitio y haber llorado como una magdalena con las últimas imágenes suyas. Cuando Couso como había llorado tanto el día anterior ya no me quedaban casi lágrimas, así q el disgusto fue más llevadero, pero cada vez q sale una noticia sobre su asesinato (y nadie me va a convencer de q fue un accidente) me entra un escalofrío por todo el cuerpo, no puedo evitarlo.
Hasta poco antes de estos casos yo casi ni había reparado en los reporteros de guerra (creo q debo ser la única estudiante de periodismo q se leyó 'Territorio Comanche' y vio la película después de licenciarse y no antes). Empecé a pensar en ellos, creo un año antes, con motivo de un homenaje q a Julio Fuentes (cayó en Afganistán en 2001, de un tiro cuando secuestraron un coche de periodistas) le hicieron en mi facultad. Fue su mujer y fue de las pocas personas q aguantó allí, serenamente sin soltar una lágrima (yo me pasé el homenaje llorando, soy así) y Javier Bauluz, a quien apenas conocía por aquel entonces, pero de quien me enamoré platónicamente desde ese momento. En el escenario estaba la gente q probablemente más había querido a Fuentes y veían imágenes suyas sin dejar de sonreir mientras hablaban de unas últimas vacaciones en una casita rural en la montaña. Me impresionó lo fuertes q fueron, algo q yo dudo q pueda ser nunca, y su ilusión por seguir trabajando en las guerras, con la misma idea platónica q los miles de chavales q con 18 años entran en las facultades de periodismo. Para mi ese es el mejor homenaje, q a pesar de los q caigan siempre habrá quien siga queriendo hacer su trabajo. Eso sí, como dato no está nada mal recordar q el año pasado asesinaron a 87 periodistas en ejercicio de su trabajo, casi nada.