Qué duro es trabajar el campo

Me encanta mi pueblo. Es adorable, pq tengo una casa con barbacoa, un prao con tumbonas y no se escucha nada más q las voces q salen de mi casa y las gallinas de la vecina. Ló único q me falta es una piscina, q cierto alcalde caciquista no le dejó construir a mi padre hace años. Pero lo mejor para sentir predilección por mi pueblo es pq cuando voy allí me tratan como una reina. Como voy de Pascuas a Ramos no sé donde están las cosas ni como funcionan los electrodomésticos (el microondas y yo somos grandes desconocidos y con la vitrocerámica empecé a entenderme no hace mucho). Y claro entre darme explicaciones durante media hora y acabar diciendo 'Vale más hacerlo q mandarlo' mis padres optan por no dejarme hacer nada.
Y ante esa perspectiva mola q te pagas, pq la niña quiere un kiwi y va su madre y se lo trae de la huerta. Que la nena quiere un culín de sidra pues su padre recolecta la manzana, la pica, la pasa por el llagar y en un año le escancia la sidra más rica del mundo. Pero claro esas cosas no salen por arte de magia, y aunque sea mi padre el q lo planta hay q recolectarlo después. Y claro, si él está a miles de kilómetros de distancia a quién le toca? Pues a la nena, q pa eso está de vacaciones.
Así q ahí q fue yo esta mañana con todas mis buenas intenciones: recoger fruta, sacar los fréjoles y regar todo lo q haya q regar. Como siempre, fallé en mi indumentaria. Harta de estropear el calzado cada vez q voy a la huerta dije: hoy de chanclas. Y vale, q ayer llovió lo q no está escrito, pero una piensa, pues el agua entrará por un lado del pie y saldrá por el otro. Con lo q yo no había contado era con q las plantas de los fréjoles están enterradas en tierra (tal y como su nombre indica), así q menudo barrizal monté en mis chanclas. Haciendo malavarismos, pq claro con el agua se me iban las chanclas para todos lados, conseguí no caerme, pero otra cosa es conseguir lo q yo quería. Los fréjoles estaban todos hermosotes, tanto q algunas plantas miden los dos metros, así q teníais q haberme visto: yo allí toda estirada intentando llegar a la copa de la planta y acabando por tirarla abajo.
Primer trabajo hecho. Pasamos al segundo: recoger las manzanas caídas al suelo. Por Dios q sufrimiento. De verdad q cada día admiro más a la gente q trabaja y vive del campo, pq a los dos minutos tenía un dolor de riñones q me moría de agacharme para cogerlas.
Cuando ya creía q no podía más veo un árbol enorme repleto de melocotones. Allá vamos, arriba y abajo, pq había algunos en el suelo y otros aún en las ramas. Creí q me rompía... y, por fin, había acabado (bueno aún me quedaba regar, pero eso era en otro sitio y fue más simple q nada). Me encamino hacia el coche cargada de bolsas con frutas y verduras cuando miro para mis pies: parecían recién salidos de un baño de lodo. Y yo con el coche lavado de la semana pasada. Pues nada, allí q me puse con toda calma a limpiar las chanclas y los pies con toallitas infantiles. Al final desistí y me puse a conducir descalza. A mi pueblo la Policía no se acerca, así q no hay posibilidad de multa. Pero es q la sensación es una delicia. Si no lo habéis hecho nunca probarlo, solo tiene dos inconvenientes: si te pilla la poli te multa y encima pensarán q eres tonta y tienes mucho menos control sobre los pedales, lo cual es un tanto peligroso.
Y allá q iba yo, más feliz q una perdiz con mis pies libres al aire, con mi recolección del día (q luego regalé a amigos y familiares pq es imposible comerse todo eso) y pensando q la gente por qué paga un gimnasio. Se hace mucho más ejercicio en el campo, es mucho más sano pq estás al aire libre, y además te sientes satisfecho por el trabajo realizado. Vamos, q me estoy planteando crear una especie de gym silvestre en el q la gente pague por plantarme cebollas, recoger patatas o machacar la manzana. No me digáis q no es buena idea? Voy tener q registrarla antes de q alguien me copie la idea.