viernes, 6 de febrero de 2009

Con 'Gomorra' bajo la manta

En la última semana no he tenido tiempo para nada. Entre hinchar y deshinchar globos y joder mis botines favoritos por culpa de del inflado apenas he parado y, entre otras cosas, he tenido bastante abandonado el blog. Y no es lo único, porque desde hace un par de meses tengo en la torre de libros de mi mesita (a este paso la columna editorial va a alcanzar más altura que la propia mesita). Hace un mes compré Gomorra, de Roberto Saviano. Claro si me mezclan Italia, mafia y lo escribe un periodista me ha enganchado sin apenas saber nada. Pero claro cuando lo abre y se encuentra un primer párrafo que empieza así:

"El contenedor se balanceaba mientras la grúa lo transportaba hacia el barco.
Como si estuviera flotando en el aire, el spreader, el mecanismo que engancha el
contenedor a la grúa, no lograba controlar el movimiento. Las puertas mal
cerradas se abrieron de golpe y empezaron a llover decenas de cuerpos. Parecían
maniquíes. Pero en el suelo las cabezas se partían como si fueran cráneos de
verdad. Y eran cráneos. Del contenedor salían hombres y mujeres. También algunos
niños. Muertos. Congelados, muy juntos, uno sobre otro. En fila, apretujados
como sardinas en lata. Eran los chinos que no mueren nunca. Los eternos que se
pasan los documentos de uno a otro. Ahí es donde han acabado. Los cuerpos que
las imaginaciones más calenturientas suponían cocinados en los restaurantes,
enterrados en los huertos de los alrededores de las fábricas, arrojados x la
boca del Vesubio. Estaban allí. Caían del contenedor a decenas, con el nombre
escrito en una tarjeta atada a un cordón colgado del cuello. Todos habían
ahorrado para que los enterraran en su ciudad natal, en China. Dejaban que les
retuviesen un porcentaje del sueldo y, a cambio, tenían garantizado un viaje de
regreso una vez muertos. Un espacio en un contenedor y un agujero en un pedazo
de tierra china."
Pues claro, que me quedé enganchada al libro. Así que aprovechando lo frío que está en la calle y en los descansos que me voy a tomar en medio de mi obamarización para no volverme loca me voy a devorar el libro. Sin patatas, pero sí con una Coca-Cola, y enroscada en mi nueva manta.

1 comentario:

Xian dijo...

Se te echó de menos!! La verdad es que ese primer párrafo es impresionante... efectista, sí, pero cumple su función a la perfección. A ver si me agencio el libro de marras...