domingo, 18 de enero de 2009

Políticos y modelos

Hace un tiempo tenía un concepto muy romántico de los políticos, igual que de los sindicalistas, de los que me desencante hace ya varios años y mi animadversión es tal que ya no me sorprende nada que hagan o, mejor dicho, no hagan los representantes de los trabajadores. Pero lo de los políticos es otra cosa. Últimamente he llegado a la conclusión de que la gente se mete a político igual que a la casa de Gran Hermano, para ser famosos, les reconozcan por la calle y les pidan autógrafos. Unos pasan cásting y cásting de televisión y otros se arriman a las formaciones locales de los partidos desde jovencitos para ir medrando. Y su objetivo final, tanto el de los aspirantes a irse a Guadalix como a los que se van al Congreso, no es otro que chupar minutos en la tele y fotos en los periódicos. Si os fijáis lo de la radio les mola menos, porque como no se les ve el palmito y se puede considerar como más intelectual, no deben crear que van a dejar huella entre sus conciudadanos.
Primero fueron las ministras de ZP posando en el Vogue, que sí que moló porque lo hacía Vogue, pero tampoco se entendía ese repentino interés de la revista por la política nacional. Luego llegó el robado en la playa de Magdalena Álvarez, que me da que tras su incursión en el mundo del bótox va a desbancar al clásico posado veraniego de Anita Obregón en Marbella. Y ahora le toca a los del PP que, como no, no podían ser menos también se subieron al carro. Aquí les presentó, tal y como la presenta al mundo hoy El Mundo, valga la redundancia a la portavoz del PP en el Congreso de los Diputados
Soraya Saéz de Santamaría aún no ha cumplido los 30 años y parece que quiere iniciar su carrera como modelo descalza (no me gusta nada ese pie). ¿En qué creéis que está pensando: reformar la ley del aborto, medidas anticrisis, conceder el paro a los autónomos,...? Pues no, lo que está pensando es en como poner esa cara tan sugerente delante de la cámara, porque se ve que le está costando, y en porqué no la habrán dejado peinarse como Dios manda, que ella es una niña del PP.
Hay gente que al ver estas fotos, por otra parte bastante normaluchas, ha puesto el grito en el cielo, porque mira que prestarse a estas cosas. A mi, que soy un tanto bruja, no. Lo que me mosqueó fue encontrarme en el Glamour del mes pasado una entrevista que le hacía la directora de la revista a Sáez de Santamaría y que ocupaba como que ocho páginas. Me quedé flipada y me releí la información, a ver si es que decía algo importante y que se mereciera ese espacio en una revista femenina. Nada que pudiera considerarse noticiable, ni desde el punto de vista político ni del de consejos de belleza. Lo único nuevo es que su marido también trabaja en algo parecido a ella (relacionado con el PP y la política, creo que era en Bruselas) y se ven muy poco tiempo y para hacerlo tienen que coger no sé cuantos aviones. La entrevista, hecha en un restaurante, y rodeada de gente que trabaja para ella (¿dónde quedó aquello de que a las entrevistas iban el periodista y el personaje, y al fotógrafo le dejan revolotear alrededor?). Las fotos eran en la mesa, con platos superfinos delante, pero se notaba que no eran fotos hechas sobre la marcha, como debería ser, si no muy posadas: ahora pongo la mano encima de la mesa, ahora la quito y miro fijamente a cámara, ahora cojo un boli y hago como que escribo algo crucial para el futuro de este país....
Esta mujer ha iniciado su carrera al estrellato y, en lugar de hacerlo en el Congreso, donde percibe un más que deseable sueldo por hacer lo que haga, prefiere hacerlo en las revistas o en la televisión. Cuidado, que la fama es efímera y cuanto más rápido se asciende, más dura es la caída.

2 comentarios:

MásQueRopa dijo...

No tenia constancia de la noticia hasta que mi suegro me lo dijo. La verdad que no me lo podia creer, como esta chica que esta luchando para que se la tome en cosideración se presta a colaborar en estos ambitos. Es política no modelo. En fin, que hoy en día la popularidad manda y cuanto mas adeptos mejor, aunque tu oficio no tenga nada que ver con el tema.

Bss

AnnieChristian dijo...

¿Y por qué nos empeñamos en considerar que las personas sólo tienen una faceta? ¿Y por qué consideramos que posar para unas fotos -vestida, desnuda, qué importa- resta valor al trabajo de esta señora?

Seguro que cuando estaba haciendo las fotos estaba pensando en quedar bien... y cuando se acuesta con su marido, en disfrutar y cuando prepara una comida, en que esté rica. Como todos nosotros, como cualquier persona.

Lo malo es que es una trampa y no sólo ha caído ella, sino que son nuestros prejuicios los que dan valor a la trampa. Sí, ha posado y ha sido frívola ¿y qué?