miércoles, 4 de julio de 2007

Envidia de los funcionarios

Leyendo bloggers de amigos, a los que soy bastante más fiel que al mío propio, me he dado cuenta de que hacía mogollón de tiempo que no escribía (aquí quiero decir) y he entrado a echar un vistazo y me he encontrado con un mensaje de andy. No tengo ni idea de quien es, pero realmente me ha hecho ilusión, así que creo que voy intentar tener el blog más actualizado. El problema es que no tengo cosas que contar y mis reflexiones andan estos días por macabros sucesos que me toca cubrir, pero me niego a reflejarlos aquí, porque la vida no es tan mala como para pensar solo en la muerte. Es más, hoy mismo lo comentaba con una amiga, que no te das cuenta de lo que tienes hasta que ves como gente joven se va. Vamos que ya lo dejo, porque sino...
Al tema. Quiero ser funcionaria. Como dijo hace poco Espido Freire hay una generación (la suya) que creció con la idea de que ser funcionario era lo mejor del mundo, el sueño de cualquier estudiante: hacer un examen y echarte a dormir el resto de tu vida. Sinceramente mi opinión sobre los trabajadores de la administración es bastante mala, pero prefiero no entrar en detalles no sea que pretendan quemarme en la hoguera por ser una bruja, pero lo cierto es que les tengo envidia (sólo en parte). La tranquilidad que debe dar saber que nunca te van a echar del curro aunque seas más inútil que hacer de encargo (un vistazo rápido a cualquier gabinete de prensa de la administración y nadie podra negarme). Y yo, cual si fuera treintañera (que aún no lo soy, me quedan unos añitos) me he apuntado a las oposiciones de RTVE. Vamos, de momento estoy en plazo de alegaciones, pq debo ser la única ceporra de España que paga y no la admiten en unas oposiciones, pero el tema es que me presento yo, un par de amigas mías y otras 3753 personas. Todos esos para 212 plazas. Mira que no iba con esperanza ninguna, pero ahora ya me lo tomo de otra forma, vamos que me voy a pasar el finde a Madrid, porque si sonando todas las flautas del país lo saco.

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