Men in trees

Desde hace unas semanas me he convertido prácticamente en una adicta de Men in trees, una serie q han estrenado hace poco en Fox. Se trata de una orientadora sentimental (sí, es una de esas profesiones con las q te haces millonaria pero q solo existen en Nueva York) q, días antes de casarse con su príncipe azul (forrado hasta la médula) descubre q la engaña con una periodista (pq nos darán tan mala fama si no nos comemos un rosco) y decide recluirse en un pueblo remoto de Alaska para escribir un libro sobre los hombres y encauzar de nuevo su vida.
Pues al tema, me ha enganchado desde el principio, quizás pq la prota tiene una de esas profesiones q me chiflan pero q sé q no existen, y no entiendo cómo los guionistas pueden conseguir q las mujeres nos sintamos identificadas con cosas tan inverosímiles. Como no podía ser de otra forma en el pueblecito este perdido de la mano de Dios hay mogollón de tíos, pero ni uno potable. Ninguno salvo uno, q está q te mueres. Se llama Jack, pero no sé quien es el actor q lo encarna, no había tenido el gusto de conocerle hasta ahora. Bueno pues en el capítulo de hoy, q ha debido ser, si no recuerdo mal, el quinto de la serie, ya se han acostado.
El mundo no funciona así, la vida es mucho más perra. Si yo me voy a un pueblo perdido de Alaska, y quien dice Alaska puede pensar en Teruel, no me voy a encontrar con q el veterinario dejaría por los suelos a los 20 tios q se han presentado a la última edición de Mr España, sino con el tipico hombre de 50 tacos con camisa de franela y cuadros. Y ademas, ningún tío me miraría, pq como están tan acostumbrados a vivir solo se han hecho a esa idea.
La tele, y sobre todo el cine, tienen esa magia:hacernos soñar, aunq sea por unos minutos, q nosotras también podemos encontrar a nuestra alma gemela en un pueblo perdido de las montañas. Q viva el turismo rural!!!